jueves, 10 de diciembre de 2009

CAP 4 "Viejos rencores"

La tarde del segundo día del primer mes de otoño, Tristan vio alejarse dos mensajeros, por un momento en la misma dirección, pero llegando al bosque de Antil sus caminos bifurcaron, uno prosiguió al norte, otro giro a la derecha.
Un tercer mensajero salió horas luego, el príncipe lo vio correr hacia la costa para luego comenzar a bordearla.
Por aquellas semanas se encontraba en el palacio, el embajador de Ihste, Mrofin, algunos problemas estaban surgiendo entre Thesha y Mommtor a causa de barcos mercantes atacados por piratas, que ondeaban los colores de Amanavia, Gofor intervendría como mediador, pero de no arreglarse el asunto los barcos de Ihste dejarían de comerciar con el reino de Mommtor.
Gofor pensó por un momento para sus adentros que de perder el comercio marítimo sus ciudades pasarían épocas duras, podía imaginar lo mismo para Mommtor, y las cosas solo estaban tomando peor curso ya que el embajador de Amanavia no se presentaba y en el plazo estipulado quedaban tan solo tres días.
Tres días, en ese mismo lapso tendrían también que llegar los mensajeros enviados a Grexa y Etluquis, Tristan percibía la creciente ansiedad en su padre, todos parecían presa de algún extraño ritmo que los hacía enojar ante cualquier cosa, y el rey sabia que cuando son soberanos poderosos quienes se molestan la muerte se avecina.
La mañana del tercer día, Gofor se mantenía en la torre, junto a los guardias, esperando, con los puños cerrados, largas horas paso en esta pose, hasta que en la lejanía, por la derecha una silueta pequeña comenzó a crecer en forma.
Mientras bajaba las escaleras, el rey oyó a un guardia gritando que del mar se acercaba otro mensajero.
Gofor los aguardo en la sala principal, a los márgenes de la gran habitación se mantenían en completo silencio cortesanos, nobles, hombres de estado, mujeres, sirvientes y el pequeño Tristan, mirando a todos.
Las puertas se abrieron, tras ella se hallaban los mensajeros que primero habian salido, se aproximaron con solemnidad hasta el rey, haciendo una reverencia, para luego permanecer en cuclillas.
Gofor los insto a que transmitieran las respuestas de Umbaur y Termiox, los muchachos se miraron un momento, como temiendo dar una noticia fuera de orden. Finalmente, quien había ido hacia Grexa hablo, sus palabras resonaron en la cámara, "Termiox te aconseja, ho señor, que te ocupes de tus asuntos, que los Grexanos son más que capaces de mantener a raya un par de perros del desierto" los ojos del rey casi salían de sus cuencas, no por ira, sino por lo que significaba una respuesta así, pero el muchacho aun no había acabado y agrego, "dice que tengas cuidado, quien supones es tu amigo, solo está esperando el momento para derrumbar tu precioso reino bajo el fuego, las tropas de Menhòr tienen vía libre por el reino de Etluquis, y se dirigen a tu reino, adiós, viejo rey, y suerte".
Tras las últimas palabras el muchacho volvió a acuclillarse, mirando el suelo, en ese momento hablo el siguiente mensajero, "señor, he ido hasta el castillo de Mommtor, y en el se hallaba aun el embajador, cuando inquirí sobre el tiempo que demoraría en llegar a nuestra ciudad me dijo que posiblemente siglos, al menos mientras se tratara para hablar con.." y callo, dirigió una mirada atemorizada hacia Mrofin, "mientras fuese para hablar con, esa estúpida sirena y sus lacayos, que tienen suerte de no ser destruidos por la poderosa mano de Amanavia ante la acusación tan vil de piratería".
Mrofin, se levanto con el rostro enrojecido, sin pronunciar palabra, y a las zancadas se alejo por el corredor, Gofor se derrumbo en su trono, todos callaban, nadie se movió, salvo los mensajeros que fueron permitidos para retirarse, en aquel agobiante momento, se oyó el grito de un guardia, pasos presurosos, y tras algunos minutos de expectación, llegaron dos soldados, cargando a un joven con el emblema de mensajero, el muchacho que había partido al norte, volvía cubierto de heridas y golpes, semiconsciente, y en voz queda dijo "Etluquis te saluda, ho futuro muerto, de la mano de Balduk, tus días han comenzado a contarse".
El silencio fue total.

MS.

1 comentario: